martes, 21 de septiembre de 2010

Gran descubrimiento

Este es el típico restaurante que nunca se sabe si recomendar o no, por la sencilla razón, de que una vez que mucha gente lo conoce, comienzan a cambiar y a ser imposible pedir mesa.


Pensándolo bien, no creo que en este restaurante modifique la calidad nunca y por otro lado como no hay que ser egoísta, lo que se descubre hay que divulgarlo igual que me lo contaron a mí.

Nos encontramos con unos amigos de la zona de Saron y hablando hablando… la frase exacta fue, “en este restaurante se come la mejor asadurilla del mundo”. Tras esta afirmación, no nos quedaba mas remedio que investigar y comprobarlo.

El siguiente fin de semana, quedamos para conocer el sitio e intentar reservar mesa.
Después de subir unos pocos kilómetros, donde se acaba la carretera, llegamos al pueblo de Aloños por la zona de Selaya.

Una vez ahí, comprobamos que se trataba de un restaurante familiar, donde te recibe en el fondo de la barra el padre de familia, te atiende en el restaurante las hijas y en la cocina ponen todo su conocimiento y buen hacer la madre ademas, la abuela da ese toque que solo se consigue con el hacer de los años.

Tras larga conversación de barra y dos vermuts, intentamos reservar una pequeña mesa para tres. Pues nada, imposible.

Nos explicaron que reservan el restaurante entero, no para mesas pequeñas, que no hay carta, sino que te cocinan lo que las pidas o incluso te cocinan lo que les traigas como jabalí, pollo lechazo etc.
Pues nada, encargamos en junio una mesa para el primer domingo que tuviera un hueco,

Así que comprobamos lo exquisito del guiso de cordero en agosto y en un comedor para nuestra mesa de 8 personas.

Nos cocinaron una asadurilla que como nos habían dicho estaba buenísima, un cordero guisado jugoso y con un sabor espectacular y para terminar, las chuletillas fritas.

Terminamos con una Quesada recién hecha, todavía calentita y helados.

Todo ello lo bañamos con tinto y orujos.



Acabamos atiborrados de comida y todavía nos llevamos tres “tupers”con lo que yo comí tres días en mi casa. Si hubiéramos ido 12 personas también abríamos acabado llenos.

Os saque unas fotos cuando me dí cuenta ya que como todo estaba buenisima se me paso.



Ahora solo os queda investigar y comprobar que lo que os cuento es cierto.

El teléfono para reservar prefería el dueño que no lo pusiera y que cada uno se buscara la vida y conociera en persona el pueblo y su casa.



Un saludo y hasta otra…………………

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