El otro día salimos a cenar y escogí para la ocasión un restaurante nuevo con una decoración chulísima y una carta de raciones bastante atractiva.
Pues eso, escogimos para cenar unas raciones para picar, unas copas de vino blanco y un postre.
De todas las raciones que pedimos solo me gusto un poquito los langostinos crujientes, el resto lo defino como cocina sin fuste, con afán de sorprender pero se queda en el intento.
El postre posiblemente la peor tarta de queso que se puede hacer, peor que la de sobre.
Resumiendo es que creímos que íbamos a un restaurante a cenar algo diferente y que nos iban a sorprender con la comida y resulto que solo paso la cena y habíamos quitado el hambre.
Es de los pocos restaurantes que no recomendaría, no tiene una buena relación calidad precio.
Es triste acabar de cenar y pensar que lo mejor que tiene el restaurante es la decoración…….muchas veces no se entiende bien el termino “cocina moderna”.
Un saludo……y hasta la próxima.
